La tradición de los Traslados de los Santos, en el decir del pueblo, data del siglo XIX y es fruto de varias circunstancias. Por una parte se da el hecho de que algunos Pasos se custodiaban en las propias casas de sus Camareros o propietarios (Santa Verónica), o en “cocheras” (La Flagelación), bien por voluntad de aquellos (Santa María Magdalena), bien porque su ubicación en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, de donde salían todas las Procesiones, era imposible por cuestiones de espacio (La Oración del Huerto); por otro lado algunos Pasos tenían su propia capilla en la Ermita del Santísimo Cristo del Consuelo (San Juan) o la poseen en los Conventos de San Joaquín y San Pascual (Santísimo Cristo del Perdón) y de Santa Clara (Nuestra Señora de Gracia y Esperanza).
La construcción de la “Casa de los Santos” a principios de la década de los setenta del pasado siglo XX y la de varias Casas de Cofradías en la década de los noventa, una y otras muy cercanas a la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, motivará la desaparición paulatina de algunos Traslados que durante algunos años y para no perder la costumbre intentaron mantenerse, caso del Traslado de La Caída, como simples Pasacalles previos a la Procesión.
Curiosamente, y atendiendo al calendario, hay que referirse en primer lugar a los Traslados de implantación más reciente. El primero de ellos, el de la Santísima Virgen de los Dolores, se viene realizando a partir de 1998 la noche del Viernes de Dolores desde el Convento de San Joaquín y San Pascual, donde se encuentra erigida la Cofradía (la Imagen tiene su capilla en el Convento de Santa Clara) hasta la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción. La participación de todos los Tercios de la Cofradía y el paso lento, propio de Procesión, diferencian a este Traslado de los primitivos, cuyas características eran el desfile a paso ordinario al son de los pasodobles titulares y la ausencia de Tercios, exceptuando la presencia de algunos niños.
Con idénticas características al anterior, en la noche del Sábado víspera de Ramos hace su Traslado desde el año 2001 el Santísimo Cristo del Perdón. Tras el tradicional “Besa pie”, el cortejo parte del Convento de San Joaquín y San Pascual, donde tiene capilla propia, para recogerse a su vez en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción. La Imagen del Santísimo Cristo del Perdón desfila, sólo por esta ocasión, ligeramente recostada sobre el Trono.
El Domingo de Ramos por la tarde, entre el fervor y devoción de todos los ciezanos, tiene lugar el multitudinario Traslado-Procesional del Santísimo Cristo del Consuelo desde su ermita extramuros hasta la Basílica de la Asunción. Al principio el Paso del Santísimo Cristo del Consuelo se trasladaba a la villa en vísperas del Novenario que se le dedicaba con motivo de su festividad el Día de la Cruz (3 de mayo). Cuando a mediados del siglo XIX, probablemente, el Santísimo Cristo del Consuelo comienza a participar en los Desfiles Procesionales, su Traslado se realiza en el marco de “La Traída de los Santos”. Y aunque en ocasiones esporádicas su “bajada” se realiza otros días, caso del año 1943, en el que tuvo lugar la noche de Martes Santo tras el Prendimiento, desde 1932 consta el Domingo de Ramos por la tarde como día de su Traslado en Procesión, Traslado-Procesional que realiza su Cofradía acompañada del Clero, Autoridades locales y de todo el pueblo de Cieza hasta la Basílica de la Asunción, en la que a su llegada se celebra la Santa Misa en su honor.Desde finales del siglo XX es Nuestra Señora de Gracia y Esperanza la que, a media tarde del Lunes Santo, realiza su Traslado partiendo del Convento de Santa Clara, donde la Imagen cuenta con capilla propia, hasta la Casa de su Cofradía, en los aledaños de la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción.
Con un devenir paralelo al de la Procesión General, tiene lugar desde el último cuarto del siglo XIX y hasta 1957 otro hecho peculiar que va a marcar profundamente la tarde del Miércoles Santo y en el que hay que ver el origen de los Traslados en la Semana Santa ciezana: la "Traída de los Santos".La popularísima “Traída de los Santos” tenía lugar a partir de las tres y media de la tarde y constituía en realidad una Procesión más. Los Pasos que iban a participar en la General, Procesión que, hasta que pasó a celebrarse Miércoles Santo en 1935, tenía lugar Jueves Santo, se trasladaban el mismo día de la Procesión desde el lugar dónde se conservaban durante todo el año hasta la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Salían en dos grupos: en la Ermita del Santísimo Cristo del Consuelo se arreglaban y desde allí bajaban los Pasos San Juan, San Pedro, La Samaritana y, ocasionalmente, La Santa Verónica y la Santísima Virgen de los Dolores, y también durante un tiempo, como antes se ha referido, el Santísimo Cristo del Consuelo; en la Esquina de la Villa les esperaban Santa María Magdalena y La Oración del Huerto, muy cerca de la cochera que Dña. Visitación Aguado tenía en los "Ejíos de Marín", donde éstos se guardaban. Más adelante, en la Calle Larga se unía al cortejo el Paso de La Flagelación que salía desde la cochera de los "Mateos". El itinerario estaba siempre concurridísimo y la chiquillería ponía la nota alegre del día, tarareando el pasodoble de San Juan o el de la Verónica, o los compases de las bandas de cornetas y tambores, mientras aguardaban la llegada de los Tronos entre la gran nube de polvo que levantaban a su paso convirtiendo en baldíos los esfuerzos de los vecinos que rociaban las calles del recorrido para evitarlo.
De los Pasos que participaban en la “Traída de los Santos”, actualmente sólo San Juan y Santa María Magdalena mantienen sus Traslados como testimonio de un pasado no tan lejano.
Tan tradicional como los anteriores es el Traslado del Santo Sepulcro que ininterrumpidamente se viene realizando a partir de los años de la posguerra desde una “cochera” particular. A éste se ha unido desde el año 2002 el del Paso Santa María Salomé después de no haberse celebrado durante varias décadas. Junto a estos dos y entre las décadas de los cincuenta y setenta del siglo XX hace su Traslado desde el Convento de San Joaquín y San Pascual el Paso de la Santísima Virgen de la Piedad. El hecho de que estos Traslados se hayan venido realizando siempre, como es típico por otra parte, al son de los pasodobles escritos ex professo para ellos motivó en otras épocas algún que otro altercado precisamente por la conveniencia o no de esa clase de acompañamiento musical.Desde la realización del nuevo Paso de Jesús Resucitado en 1943-1944 y su ubicación en la Ermita del Santísimo Cristo del Consuelo, y con idénticas características a las de los anteriores, tenía lugar en la tarde del Sábado Santo este otro popular Traslado. El Traslado del “Niño Resucitado”, como popularmente se denominaba, se vino celebrando con regularidad hasta la década de los ochenta del pasado siglo (acompañado en una o dos ocasiones también por el Traslado del Ángel Triunfante) volviéndose a realizar por última vez en dos ocasiones posteriores. Desde 2005 saldrá a la calle esa tarde el Traslado-Procesional del Paso Nuestro Señor en su Ascensión que cubrirá el recorrido entre el Convento de San Joaquín y la Basílica de la Asunción.
Pero desde finales de la década de los ochenta la tarde del Sábado Santo tiene otros alicientes para los ciezanos: el Pasacalles de los Tercios Infantiles, en el que los niños, imitando a sus mayores, protagonizan con cuatro Pasos sus propio Desfile Procesional, como es tradicional, a paso ordinario bajo los compases de las Cornetas y Tambores o de los pasosdobles titulares de las Cofradías.
Finalmente en las primeras horas de la mañana del Domingo de Resurrección sale en alegre Pasacalles el Paso del Ángel Triunfante, en clara reminiscencia de lo que fue su tradicional Traslado hasta 1991, fecha en la que se construyó junto a la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción la Casa de su Cofradía. Aparte de éste y desde hace dos décadas realiza su Traslado esa mañana también la Santísima Virgen del Amor Hermoso, que sale de la Ermita de San Bartolomé, donde el Paso se arregla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario