lunes, 1 de febrero de 2010

Semana Santa

Jesús de Nazareno

El origen de la actual Cofradía de Jesús –Nazareno- puede remontarse a los primeros decenios del siglo XV. Con esa marca de antigüedad aparece mencionada la Cofradía del Dulce y Santísimo Nombre de Jesús en la Descripción y Relación de la Villa de Cieza que, por mandato de Felipe II, redacta el Bachiller Alonso Marín y Mena en el año 1579: “A veinticinco días del mes de Marzo, año del nacimiento de nuestro redemptor Jesucristo, de mil y quinientos y setenta y nueve, el bachiller Alonso Marín y Mena, de edad de cuarenta años, y Joan García, el viejo, de edad de ochenta, y Martín Ruiz de Soler, el viejo, de edad de setenta y uno, vecinos y naturales de esta dicha villa.... A los cuarenta capítulos dijeron: ay tres Cofradías, una del dicho Apóstol San Bartolomé, otra de la Sangre de Cristo, y otra del Dulce y Santísimo Nombre de Jesús”.

Bajo el nombre de Cofradía del Dulce y Santísimo Nombre de Jesús (llamada también Cofradía de Nuestro Señor Jesucristo y Cofradía de Nuestro Redentor Jesucristo) pudieron albergarse o sucederse, como en otras ciudades en las que está atestiguada su vinculación con la Orden Dominica, dos advocaciones diferentes: la del Dulce y Santísimo Nombre de Jesús, de carácter meramente devoción al, y la de Jesús Nazareno, de carácter eminentemente pasionario, advocación ésta última que acabaría eclipsando y aglutinando a la anterior y que sería la que habría pervivido hasta nuestros días.

San Pedro Apóstol

En 1724 el Cardenal Velluda, entonces todavía Obispo, aprueba la erección de la Cofradía de San Pedro en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción a solicitud del Párroco del mismo D. José Roldán. Enfocada hacia el culto y la celebración de la fiesta del Santo, la Cofradía, que se benefició de varios heredamientos, tuvo en ésta su primera época una afiliación restringida, pues su pertenencia a la misma estaba permitida sólo al clero de la villa.

La Cofradía contó con una Imagen, cuyo autor y características se desconocen, realizada en 1754, como se desprende de un apunte de su Libro de cuentas fechado el primer día de julio de ese año: “Del cajón para traer al Sr. San Pedro, 30 reales; de la conducción de dicha imagen, 8 reales; de la hembrilla y tornillo para dicha imagen, 4 reales”. La Imagen se procesionaba el día de su onomástica, como confirma otro apunte de 1784: “por el dorado de las andas de San Pedro, 240 reales”.

Maria Santísima de la Soledad

La participación de una primitiva Imagen con la advocación de María Santísima de la Soledad en la Procesión del Santo Entierro está constatada desde su llegada a Cieza en los primeros años de mil seiscientos. Esta primera Imagen de “La Soledad”, que tiene altar propio en la iglesia parroquial, habría desfilado al menos durante el siglo XVII y hasta la constitución de su propia Cofradía en el seno de la Cofradía de la Sangre de Cristo.

Es en 1692 cuando, junto con la Cofradía de Jesús de Nazareno, la Cofradía de María Santísima de la Soledad, denominada en sus orígenes y durante bastante tiempo después Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, solicita su erección estableciendo constituciones propias para “poder solemnizar la semana santa de cada una de las procesiones que se hacen con estas santas Insignias los días Jueves y Viernes”. Sin embargo, la constitución efectiva no se produce hasta el 11 de marzo 1730, momento en el que el primer Libro de Actas de la Cofradía explicita que sus fundadores obtuvieron la aprobación de los dieciocho preceptos por los que se habían de regir por el Provisor y Vicario General de la Diócesis, Dr. D. Francisco Linero y Lezcano. Resulta cuando menos extraño que entre la solicitud de constitución y la constitución propiamente dicha haya transcurrido un periodo de tiempo tan largo; cabe la posibilidad, muy remota, de que durante esos casi cuarenta años la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad hubiese estado asociada a la de Jesús Nazareno (así puede pensarse siguiendo el testamento de D. Juan Gómez de Aledo y Abellán: “y asimismo me asista y acompañe mi cuerpo la Hermandad de Nuestro Padre Jesús y Nuestra Señora de la Soledad, en atención a haber sido Hermano Mayor de la misma”).

San Juan

Hacia el último cuarto del siglo pasado Dña. Adela Marín Blázquez y Marín Barnuevo, hija del Mayorazgo de Ascoy, fue la primera Camarera de la Imagen, que ya existe en los años de la regencia de María Cristina y que posiblemente date de 1880. La Cofradía no se instituyó como tal hasta 1891, y puede que lo hiciera, como otras, en el entorno del bloque de "los coloraos" (no es válido el término “agrupación” pues implica relaciones de filiación o legales no constatadas). Desde sus inicios la túnica blanca, con bandas verticales encarnadas antes, sin ellas ahora, ha sido siempre su distintivo.


Santísima Virgen de los Dolores

Su nacimiento está vinculado al Convento de San Joaquín de Franciscanos Descalzos de la Provincia de San Juan Bautista de la Villa de Cieza y Custodia de San Pascual, y se concreta entre los años 1764 y 1765 tras superar la nueva Cofradía los trámites legales pertinentes: concesión de breves especiales por su S. S. Clemente XIII a los Cofrades y Cofradesas, así como bulas e indulgencias por el rezo de la Corona de los Siete Dolores, aprobación definitiva de sus constituciones... Así, el 25 de febrero de 1765, se lee públicamente en el convento:"1º. Patente de Fr. Jerónimo María Vernizzi (prior gl. de S.M.) por la que se concede la facultad de aprobar la creación de la Cofradía, nombrando corrector a Fr. Pascual Salmerón", a la sazón fraile del convento y erudito al que debemos una primera Historia de Cieza. Uno de los testimonios previos a la aprobación definitiva es el de D. Pedro Valcárcel Mérida, notario apostólico, que manifiesta que “en la iglesia del convento hay una Capilla muy decente y devota e la Virgen Santísima de los Dolores y que en dicho convento no hay hasta ahora fundada Cofradía de los Dolores de María Santísima de los Padres Selvitas, ni en otra iglesia de este pueblo” (nada tiene que ver efectivamente con la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad que a veces aparece también denominada como Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, tal vez por la similitud en las advocaciones de sus titulares; así en el testamento de Dña. María Egipciaca Muñoz-Artes de 1730). La mencionada capilla habría sido construida en los años de fábrica del convento, desconociéndose hasta la fecha el autor tanto de la capilla como de la Imagen de la Virgen de los Dolores que en ella se veneraba.

Tercio Romano del Santo Sepulcro

Históricamente, aunque no como Cofradía del Tercio Romano del Santo Sepulcro, siempre estuvo ligada a la Imagen de Jesús Nazareno y al Prendimiento, de cuya organización era responsable; pese a ser una Cofradía reciente por su denominación, sus antecedentes hay que buscarlos en la Hermandad de la Convocatoria de Jesús, que, como tal, figura en 1914 en el Acta de Constitución de la Junta de Hermandades Pasionarias de Cieza. Su perseverancia, que les ha permitido no faltar a ninguna de las citas anuales con nuestra Semana Santa, los ha convertido en una de las tradiciones de mayor raigambre en nuestra ciudad, en la que popularmente se conocen como "los Armaos".

De la Hermandad de la Convocatoria de Jesús se conoce su presencia al menos desde principios del siglo XIX, aunque su origen puede ser anterior, por la larga tradición que ya se le atribuye en ese mismo siglo; incluso pudo haber sido en sus principios una Hermandad filial de la Cofradía de Jesús Nazareno, por la fuerte vinculación entre una y otra, o una parte integrante de aquella, lo que también explicaría que no aparezca en el catálogo de Cofradías realizado a raíz del Decreto del Conde de Aranda a finales del siglo XVIII. Su nombre deriva sin duda del hecho de que fuera ella la encargada de convocar a todo el pueblo para El Prendimiento, acto cuya existencia está constatada al menos de la misma época.

Santa Verónica

Nace esta Cofradía como consecuencia del gran impulso que se le imprimen a nuestras Procesiones en las últimas décadas del siglo XIX. Su fecha de constitución ha llegado a nosotros, curiosamente, a través de una publicación local del 15 de mayo de 1892 que dice así: "En la Junta General Preparatoria celebrada el día doce, fueron aprobados los Estatutos de la nueva Cofradía creada en esta Villa, a la Matrona de Jerusalén, Santa Verónica. Las primeras gestiones hechas han sido, encargar dicha Imagen a uno de los escultores que comparten las glorias de este arte con Benllure, tan reconocidos y admirados en el mundo artístico".

Santísimo Cristo del Consuelo

El Paso del Santísimo Cristo del Consuelo, el “Santo Cristo” de los ciezanos, va indisolublemente unido a la leyenda y a su ermita extramuros, y su devenir en el tiempo sigue planteando hoy día algunos interrogantes.

La leyenda, impresa por primera vez en el siglo XIX, que vincula la llegada del Santísimo Cristo del Consuelo a Cieza en el año 1606 merced a un hecho milagroso (el tiro de bueyes que transportaba al “Santo Cristo” para una población manchega se paró ante un cabezo cercano a Cieza negándose a continuar; interpretado el hecho como un deseo de la Imagen de quedarse entre los ciezanos, allí mismo se le edificó una ermita) debe ser valorada en su justa medida, pues es común a muchas otras localidades.

Santísimo Cristo de La Agonía

Popularmente conocida como Hermandad del Silencio e incluso, en sus comienzos, como Hermandad de los Negros, nace esta Cofradía en 1931, en una época en la que los Desfiles Procesionales de nuestra localidad se encuentran en franca decadencia. A ella se debe la creación de la Procesión de su mismo nombre (implantada posteriormente en Murcia por el Doctor Sánchez Parra, ciezano de adopción), que sale a la calle en la última hora de la noche de Jueves Santo y que desde entonces, exceptuando algún año (1941) en que el Desfile estuvo acompañado del rezo del Vía Crucis, ha mantenido intactas sus señas de identidad.

Santísimo Cristo Yacente y Santísima Virgen del Dolor

Fundada como Mayordomía en 1939, la Hermandad del Santísimo Cristo Yacente y Santísima Virgen del Dolor desfiló por primera vez en el año 1940. Fue organizada por un grupo de ciezanos, preocupados y devotos del espíritu religioso de nuestras fiestas de Semana Santa, que pretendían incorporar a nuestros Desfiles un Paso hasta entonces ausente de ellos (Jesús, recién descendido de la cruz, a los pies de su dolorosa madre). El escultor murciano José Planes compuso para la Hermandad este Paso con la Imagen de un Cristo Yacente que él mismo había tallado en los años 20 y con otra de vestir de la Virgen realizada por encargo de la Hermandad para la Semana Santa de 1940 (La Imagen de la Virgen será susitutida en 2005 por Ntra. Sra. del Mayor Dolor, obra del afamado escultor sevillano Luís Álvarez Duarte); el grupo fue instalado sobre un trono de madera dorada, realizado por Bautista Molina, que será sustutido en 2005 por otro debido a los talleres sevillanos de los Hermanos Ibáñez Valles.

Santa María Magdalena

La Imagen titular llega a Cieza en 1890; así lo recoge en una crónica el Diario de Murcia: "Hemos tenido el gusto de ver las bonitas Imágenes de la Virgen de Lourdes y Santa María Magdalena, que con gran acierto ha realizado el escultor valenciano D. José María Ponsoda". La Imagen fue encargada por los señores de Aguado Moxó y Marín, siendo su primera Camarera Dña. Visitación Aguado, quien se encargó de costear el trono así como el vestido, manto, pañuelo y turbante de la Imagen; los bordados y hechuras de estos atuendos fueron realizados en 1892 por las señoritas María Solera y Carmen Pérez Marín, aprovechando el traje de boda de Dña. Pascuala Marín, suegra de Dña. Visitación. La peluca, que siempre fue rubia, se hizo con pelo natural de su propia Camarera. A la muerte de ésta en 1917 se hizo cargo de la Imagen Dña. Carmen Camacho, a la que sustituyó su sobrina Dña. Pilar Gómez hasta el año 1940, año en el que D. Mariano Camacho (fallecido en 1990) se hace cargo del Paso y pasa a regentar la Camarería su esposa Dña. Clara García que lo siguió haciendo hasta su muerte en 1993.


Jesús Resucitado

Al menos de los principios del siglo XVIII data la celebración de la Procesión del Resucitado en la mañana del Domingo de Resurrección, en la que la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad participa con su Imagen, acompañando bien a la Custodia, bien a una Imagen de Jesús Resucitado cuya existencia sí está constatada ya en el siglo XIX, cuando dicha Imagen recibe culto en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción en una de las hornacinas de la capilla del Santísimo.

De su filiación nos han llegado datos a través del Libro de Cuentas de la Cofradía de Jesús, a la que el Paso de Jesús Resucitado, popularmente conocido desde siempre como “El Niño Resucitado”, debió estar adscrito; así se desprende de este curioso apunte de 1901 que se repite en 1920: “factura por un tornillo para el Niño Resucitado”.

La Oración del Huerto y El Santo Sepulcro

Las primeras referencias del Paso El Santo Sepulcro lo remontan como muy tarde a los principios del siglo XVII, cuando la Cofradía de la Sangre de Cristo contaba por titular con un Crucificado con el que, desenclavado de la cruz y depositado en un catafalco, se celebraba por la tarde la Procesión del Santo Entierro de Cristo. Así lo corrobora en 1682 el documento de cesión de unos terrenos que la Comunidad Franciscana que pretende instalarse en Cieza solicita para la edificación del que luego será Convento de Franciscanos Descalzos de San Joaquín y Custodia de San Pascual, y según el cual, en contrapartida, la cercana Ermita de San Sebastián, en la que se custodiaba El Santo Sepulcro, se convertiría en un Hospicio que habrían de regentar los propios frailes. En el acuerdo que se suscribe entre ambas partes se hace constar que "debe hacerse en el convento una capilla para colocar el Santo Sepulcro el Viernes Santo, y así pueda hacerse la Procesión del Santo Entierro de Jesucristo y se pueda entregar el Santo Crucifijo que hay en la Ermita de San Sebastián llevado en Procesión desde la Iglesia de la Asunción".


La Samaritana

Sin ser un Paso propiamente pasionario, la Samaritana es no obstante uno de los grupos procesionales preferidos en el Levante español y concretamente en la región murciana. En Cieza tenemos atestiguada su presencia desde principios de la última década del siglo XIX (así en la crónica de la Semana Santa de 1893 de El Orden: “... Seguía primorosamente adornado por la Señora de D. Mariano Marín-Blázquez el paso de la Samaritana, que lucía preciosos ramos de flor contrahecha, ricas alhajas y profusión de grupos de bombas con luces encendidas”), aunque no constituye Cofradía propia, sino que parece haber procesionado bajo los auspicios del bloque de los “Coloraos” (no es válido el término “agrupación” pues implica relaciones de filiación o legales no constatadas) en torno a la Cofradía del Santísimo Sacramento; y de hecho no consta en el Acta Constitucional de la Junta de Hermandades Pasionarias de 1914.

Descendimiento de Cristo y Beso de Judas

Corría el año 1962 cuando un grupo de amigos que solía reunirse en el taller del escultor local Manuel Juan Carrillo Marco y entre los que se encontraban D. Manuel Montoya Nieto, D. Francisco Moreno Piñera y D. David Vidal Cutanda, además del propio escultor, promovieron la creación de una nueva Cofradía para las procesiones de Cieza; surge así la Cofradía del Descendimiento de Cristo, cuya Junta Directiva, una vez ha sido aceptado el ingreso de la Cofradía en la Junta de Hermandades Pasionarias, se reúne por primera vez, bajo la Presidencia de D. José Piñera Moreno, el 24 de mayo de 1963 y redacta los Estatutos que son aprobados ese mismo año; un año después la Cofradía nombrará Presidente de Honor a D. Pedro González Díaz-Llanos y Camarera a Dña. Amparo Ros Díez.


Nuestra Señora de Gracia y Esperanza

La historia de esta Cofradía se inicia en abril de 1974, cuando, un grupo de jóvenes denominado “Hermandad de la Juventud”, catequistas todos ellos de las Parroquias de la Asunción y de San Joaquín, asume el proyecto de fundar una nueva Cofradía para la Semana Santa ciezana cuya característica más señalada será su marcado carácter devocional hacia la Virgen María.

Con el nombre de Cofradía de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, y el sobrenombre de Hijos de María, el mismo que ostentó a principios del siglo XX una congregación, las Hijas de María, vinculada al Convento de San Joaquín y San Pascual pero sin otra relación alguna con ésta, a principios de 1975 quedaron redactadas definitivamente las reglas por las que habría de regirse la nueva Hermandad, constituyéndose la primera Junta Directiva bajo mandato de D. Ramón García Gómez, al que sucederían en el tiempo D. Francisco José Marín Fernández, D. Francisco Marín Fernández, D. Juan Antonio Angostos Morcillo, D. Juan Villalba Villa, D. José Antonio Alba Gómez y, desde 1994, D. Manuel Sánchez Sánchez, viéndose ampliado en el breve plazo que distaba hasta Semana Santa su número de Hermanos.

Ánimas

Desde el siglo XVI se tiene conocimiento de la existencia en Cieza de una Cofradía de Ánimas dedicada al culto a los difuntos y a obras de caridad, que en 1756 contaba con un buen número de propiedades rústicas bajo régimen de arrendamiento que fueron objetos de las posteriores desamortizaciones. La Cofradía, que tiende a diluirse hasta desaparecer entrado ya el siglo XX, poseía capilla propia en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y pudo haber dado nombre incluso a una plazoleta del casco antiguo de la ciudad.

Con el mismo título, pero ahora con un carácter postconciliar, se funda en 1997 la actual Cofradía de Ánimas, que instaurará en el año 2001 la Procesión del Descenso de Cristo a los Infiernos, una Procesión presidida por la austeridad, el recogimiento y el silencio.

Nuestra Señora la Santísima Virgen del Buen Suceso, Patrona de Cieza

La leyenda remonta la tradición del nombre de la Virgen del Buen Suceso a 1606, cuando, según la misma, dos Hermanos de la Congregación de los Obregones partieron desde Madrid a Roma para pedir al Papa la aprobación de sus Constituciones. En el camino, ya cerca de Castellón, les sorprendió una tormenta. Se refugiaron en una cueva y, mientras rezaban para que aquella pasara, vieron un gran resplandor; asomándose al lugar de donde éste procedía, descubrieron una imagen de la Santísima Virgen con su Hijo en el brazo izquierdo y un cetro en la mano derecha, con corona y vestidos muy antiguos. Al momento cesó la tormenta. Metieron la imagen en un canastillo y continuaron su camino hacia Roma. Al llegar a la ciudad Santa los Hermanos contaron lo sucedido y mostraron la imagen al Papa Pablo V, quien, al oír su relato, les dijo: "Buen Suceso habéis tenido", y quitándose su cruz pectoral se la puso a la imagen. No obstante constan apariciones anteriores de la Virgen (como la vivida por una Hermana Concepcionista en 1594) en la que ésta se manifiesta como "María del Buen Suceso".

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